La Educación Artística se presenta como una importante oportunidad para que los estudiantes tomen contacto, comprendan y produzcan conocimiento a través del arte, en sus diversos lenguajes. La sensibilidad, la percepción, las habilidades y destrezas artísticas se podrán en juego en diversas experiencias áulicas que contemplen la producción como modo de comunicar a otros, conceptos, sentimientos, emociones, conocimientos.
La toma de contacto con producciones artísticas de contextos cercanos como así también de otros contextos permitirá que los adolescentes puedan reflexionar sobre la historia del arte, sobre el arte contemporáneo, sobre sus propias experiencias artísticas y reconocerse como sujetos integrantes de una determinada realidad cultural. De este modo, se propicia la apreciación crítica de lo regional, nacional e internacional y se muestra las posibilidades de elegir desde dónde posicionarse como espectador, conocedor y hacedor del saber del lenguaje propio de cada disciplina artística ya que ha aprendido aspectos técnicos que llevan a una expresión creativa, sus diferentes potencialidades y significaciones.
Es tarea de este espacio, ampliar el campo de experiencias estéticas de los jóvenes por medio del Lenguaje plástico y visual. Profundizar conocimientos respecto a materiales, técnicas, procedimientos, soportes, saber de otros artistas, conducirá al logro de mejoras en sus capacidades expresivas y comunicativas.
Y asi también como docentes católicos, discípulos de Jesucristo nos sumamos a la reflexión del Papa Francisco quien en “Evangelii Gaudium”.
“La iglesia no pretende detener el admirable progreso de las ciencias. Al contrario, se alegra en incluso disfruta reconocimientos del enorme potencial que Dios no a dado a la mente Humana. Cuando el desarrollo de las ciencias manteniéndose con rigor académico en el campo de su objeto especifico, vuelve evidente una determinada conclusión que la razón no puede negar, la fe no la contradice. Los creyentes tampoco pueden pretender que una opinión científica que les agrada y que ni siquiera ha sido suficientemente comprobada, adquiera el peso de un dogma de fe. Pero en oraciones, algunos científicos van más allá del objeto formal de su disciplina y se extralimitan con afirmaciones o conclusiones que exceden el campo de la propia ciencia.
En ese caso, no es la razón lo que se propone, sino una determinada ideología que cierra el camino a un diálogo autentico, pacífico y fructífero”.[1]
[1] Anunciando Evangelii Gaudium en nuestras comunidades educativas-1ª ed. Ciudad autónoma de Buenos Aires : Santillana 2014. Pag.148
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